Arabia Saudi es la mayor economía de Oriente Medio y su subsuelo contiene el 16% de las reservas mundiales de petróleo. A lo largo de los últimos cuatro años, el país ha experimentado una elevada tasa de crecimiento promedio en torno al 6,25%. Los elevados precios del petróleo han permitido al gobierno llevar a cabo un vasto programa de inversión pública para la mejora de sus infraestructuras, beneficios sociales y la diversificación de una economía excesivamente dependiente del petróleo. La industria petrolífera representa alrededor del 90-95% de las exportaciones de Arabia Saudi, un 70-80% de los ingresos del estado y cerca del 40% de su PIB.
Principales ciudades
La capital, Riad, localizada en el centro del país es la mayor ciudad del reino. Un gran número de grandes compañías y conglomerados del país se encuentran en Riad, lo que hace de esta ciudad uno de los mayores núcleos comerciales de Oriente Medio.
Yeda es la segunda mayor ciudad del país, y se le considera la capital comercial del país. En Yeda se encuentra uno de los mayores complejos industriales de Arabia Saudi y algunos de los hombres de negocios más prósperos del mundo.
Las ciudades santas de Meca y Medina atraen a millones de peregrinos musulmanes cada año. Dado el número creciente de estos peregrinos, el gobierno saudí se ha visto obligado a realizar grandes inversiones para la mejora de sus infraestructuras que permitan la llegada y den cabida a millones de visitantes religiosos. Los ciudadanos no musulmanes no están autorizados a realizar el peregrinaje a las ciudades santas y a tal fin, la policía religiosa saudi, conocida como Mutawa, lleva a cabo estrictos controles en los accesos a estas ciudades.
Población
La población actual de Arabia Saudi sobrepasa los 28 millones de habitantes y se encuentra muy concentrada en las zonas urbanas. Gran parte del territorio es desierto, especialmente la meseta central del país, por lo que la densidad de población es muy baja. En la tabla adjunta se muestra la evolución en la población en las principales ciudades saudíes, según datos de Euromonitor:
Población en las principales ciudades saudíes
(´000) | 1980 | 2010 | 2015 | 2020 |
Riad | 1,404 | 4,703 | 5,130 | 5,495 |
Yeda | 1,131 | 3,114 | 3,302 | 3,443 |
Meca | 543 | 1,428 | 1,505 | 1,559 |
Medina | 312 | 1,054 | 1,147 | 1,227 |
Dammam | 240 | 871 | 962 | 1,043 |
Fuente: Euromonitor
La población saudí es muy joven, una de las más jóvenes de todo el Golfo. En 1980, la población de niños y adolescentes representaba el 53.8% del total de la población, y en 2020 se espera que esta cifra descienda al 38%, un elevado porcentaje no obstante si se compara con los promedios de Europa.
Arabia Saudi – Población por segmentos de edad
(´000) | 2010 | 2015 | 2020 |
Hombres | 14.441 | 15.851 | 17.238 |
Mujeres | 11.975 | 13.414 | 14.852 |
NIños | 7.494 | 7.883 | 8.150 |
Total | 26,416 | 29,265 | 32,089 |
Fuente: Euromonitor
Los jóvenes adultos representaban en 1990 el 59,9% de los ingresos brutos totales; en 2015 se estima que su participación descienda como consecuencia del envejecimiento de la población y se sitúe en torno al 49%. El segmento de adultos de edad media, en contrapartida, acaparaba en 1990 el 25,8% de los ingresos brutos totales y, se espera que su porcentaje aumente al 39% del total en 2015.
La sociedad saudita se estructura de forma muy sólida en torno al núcleo familiar, integrado por un elevado número de miembros unidos por fuertes lazos parentelas. Sin embargo, recientes cambios sociales están afectado a la estructura social del país, derivando los núcleos familiares hacia estructuras más pequeñas y autónomas. En 1980, el tamaño medio de un hogar estaba formado por 7.1 personas, y para 2020 se espera que ésta descienda a menos de 6 miembros. El gran tamaño de las familias saudíes se debe a la mayor esperanza de vida de los adultos mayores y a que la inmensa mayoría de las mujeres se casan y lo hacen a una edad muy temprana. Más del 40% de las mujeres entre 20 y 24 años están casadas.
La mujer
La mujer sufre una gran discriminación en Arabia Saudi, y sus derechos, tanto en su vida privada como a nivel social, están muy mermados si los comparamos con los estándares occidentales. Según la ley musulmana imperante en el país, la Sharia, la mujer está sometida a la tutela de un hombre, generalmente el padre o el marido, y no pueden viajar, trabajar, recibir una educación, casarse o conducir, sin el permiso del tutor varón. Además, las saudíes casadas con extranjeros no pueden transmitir su nacionalidad a sus hijos, mientras que los hombres en circunstancias similares sí pueden hacerlo.
Islam
En Arabia Saudi no existe la libertad de culto religioso. El único culto permitido es el Islam, y tiene dos facciones: la Sunna, que constituye la mayoría religiosa del país con un 85% de practicantes, y la Chía, que se encuentra en minoría, con un 14% de practicantes . Aunque cerca de medio millón de cristianos residen en Arabia Saudi (1%), no se les permite practicar su religión ni en la más estricta intimidad.
Elevada tasa de paro
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el reino saudí es su elevada tasa de desempleo, especialmente entre su población más joven. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la tasa de paro promedio oscila en torno al 12% (Julio 2013). Sin embargo, esta cifra se dispara al 30% entre la población activa más joven, y alcanza el 35% entre las mujeres, el segmento de población más castigado por el desempleo.
Estas cifras nos hacen pensar que a pesar de las enorme riqueza generada por el petróleo, el país aún no ha sido capaz de trasladar esta riqueza hacia el segmento de población más joven: de los 2 millones de nuevos puestos creados en los 4 últimos años, 1,5 millones han ido a parar a trabajadores extranjeros (FMI). Por citar otro ejemplo: el 80% de la fuerza laboral del país (8.4 millones de trabajadores), es decir, alrededor de 6 millones de puestos de trabajos están en manos de expatriados y son trabajos en su mayoría relacionados con los hidrocarburos (2013, estimaciones Cia).
El gobierno saudí no ceja en su empeño por reducir la tasa de paro juvenil, y son numerosas las medidas tomadas para paliar este lastre económico, aunque de dudosa eficacia. La raíz del problema radica en que este segmento de población activa está escasamente cualificado a nivel profesional y no alcanza los requisitos técnicos que exige la industria, fundamentalmente el sector privado. Si bien es cierto que la inversión realizada por el gobierno en los últimos años ha sido espectacular, la formación sigue teniendo un fuerte carácter religioso en la gran mayoría de sus centros educacionales. Además, la mayoría de los saudíes prefieren trabajar en el sector público porque los sueldos y los beneficios sociales son muy superiores y se exigen menores jornadas de trabajo. Por su parte, las empresas del sector privado siempre han sido reacias a contratar saudis, que exigen mayores retribuciones y mayor protección laboral.
Arabia sAudi, al igual que han hecho la mayoría de los países vecinos, inició hace unos pocos años, el conocido programa de “Saudización” (Emiratización en EAU, Qatarización en Qatar, etc) con el objetivo de favorecer el empleo de sus jóvenes profesionales versus la entrada de nuevos trabajadores extranjeros. En el caso saudí, el gobierno pretende trasladar el 60% de los actuales puestos de trabajo ocupados por foráneos a manos saudíes. Como apuntábamos arriba, el principal freno a esta medida es la deficiente profesionalización de su población local y sus elevadas aspiraciones salariales.
Principales etnias
La población saudi representa en torno al 70-73% del total de residentes del país, de los cuales la inmensa mayoría son árabes (90%) junto con una minoría afro-árabe (10%).
Los expatriados extranjeros constituyen un 30% de la población total del país, porcentaje que se encuentra por debajo de los observados en otros países vecinos como Emiratos Arabes Unidos o Qatar. Las principales etnias de extranjeros corresponden a indios, pakistaníes y egipcios. Hace unos años había un significativo volumen de población yemení residente en Arabia Saudi, en torno a los 800,000 habitantes, pero fueron expulsados del país a principios de los noventa por motivos político-religiosos. La mayoría de esta población expatriada ocupan empleos de baja calificación, como el mantenimiento y los servicios domésticos con unos rentas disponibles generalmente bajas.
Pero, en el país también hay un número cada vez mayor de profesionales expatriados altamente cualificados, procedentes principalmente de Europa y de EE.UU., y que ocupan puestos de responsabilidad en la industria petrolífera, financiera y sanitaria. Este segmento de población representa representa alrededor del 15% de los trabajadores extranjeros y disponen de un nivel de gasto elevado.
En general, todos los trabajadores extranjeros que deseen trabajar en el país necesitan una visa de trabajo patrocinado por una compañía local o un ciudadano saudí. La empresa es responsable de la renovación de esta visa y del permiso de residencia del empleado. La empresa o el local deben garantizar la renovación de los documentos de los empleados cada 4 años.
Resumen: riesgos y debilidades
- La economía en Arabia Saudí depende mayoritariamente de la exportación de petróleo. El gobierno ha redoblado sus esfuerzos por diversificar su economía.
- La estructura económica del país no es capaz de cubrir las necesidades de trabajo de una creciente población. Los segmentos de población más afectados son los jóvenes y las mujeres, que presentan las mayores tasas de desempleo.
- El gobierno ha aumentado significativamente el gasto público, sobre todo en infraestructuras, para crear puestos de trabajo, especialmente entre la población activa joven, pero la escasa preparación profesional de su fuerza de trabajo no cubre las necesidades que exige el actual mercado laboral.
- El gobierno también está invirtiendo de forma masiva en la creación de nuevas universidades y centros educacionales para mejorar la formación de sus jóvenes.
- Un férreo control religioso, con una gran influencia en el gobierno y en los negocios.